En esta época de cambios, el estrés y la sensación de incertidumbre pueden ser abrumadores. Las cosas que antes nos hacían felices probablemente han cambiado o incluso no podemos llevarlas a cabo por factores externos como la Pandemia.
Sin embargo, esto ha sucedido a lo largo del tiempo en otras etapas de la humanidad. El concepto de felicidad siempre ha sido subjetivo y en términos prácticos, la realidad es que podemos obtenerla de diversas formas.
Diversificar tus fuentes de felicidad es una habilidad que puedes desarrollar al igual que cualquier otra, para adaptarte a nuevas situaciones a lo largo de tu vida y seguir sintiéndote pleno y con alegría.
Piensa en la felicidad como el resultado de las inversiones que haces en ti mismo. Es sabido que un gran inversionista es aquel que no se centra solo en un sector, sino que su éxito residirá en intentar por varios lados, justamente diversificando, intentando, a veces fallando pero siempre aprendiendo.
De esta forma, tu tarea es explorar diversas actividades además de las que ya sabes que te brindan alegría en el presente (como hemos visto, podrían cambiar en el futuro). Esta búsqueda puede ser a través de un nuevo curso en línea, retomar alguna amistad olvidada o cosechar una nueva, leer o ver películas de géneros que no frecuentes, iniciar un pequeño proyecto de corto plazo que te permita medir la satisfacción personal sin comprometerte demasiado (en caso de que no funcione).
Imagina que intentas cada cosa de la lista que acabamos de enunciar. Podrías probar todo eso en menos de seis meses y seguramente en alguna de estas actividades encontrarías una nueva fuente de bienestar emocional o espiritual, además de que casi siempre hay elementos inesperados en estos procesos que te llevan a descubrir algo nuevo e interesante de ti y del mundo que te rodea.
A lo largo de la historia ha habido momentos difíciles como este, pero nuestros antepasados supieron sortearlos y colocar los cimientos de nuestra sociedad actual, que aún con todos sus contrastes, se encuentra en un punto considerable de confort y posibilidades académicas y económicas relativamente al alcance de un gran número de personas, debes aprovecharlo.
Así es que como proyecto de inicio de año, te invitamos a ser tu mejor inversionista y diversificar las fuentes de tu felicidad: ¿Qué mejor negocio que ese, no crees?
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