Autor: Diego Velázquez
No hacemos dibujitos, mucho menos leemos las mentes. Los números no pueden ir en mayúsculas, no existe el azul niño mucho menos el verde navidad.
El trabajo para ayer no existe, ni son enchiladas, todos los procesos creativos llevan su tiempo y por supuesto que nuestro tiempo vale mucho.
Por favor, no nos compartan un logo en Word o en PowerPoint. Por nuestra salud mental y emocional, no nos digas "como que le hace falta más diseño", no está padre. Nosotros nos encargamos de transformar algo común en algo extraordinario.
Soy Diego, tengo 33 años, el mayo de 3 hermanos, y si, es duro ser el primer hijo, los papás siempre practican con el primer hijo jajajjaa, vengo de una familia en donde existen las reglas, consecuencias y procesos. Mi papá es teniente de la Defensa Nacional y mi mamá es jefa de enfermeras en un hospital, pero para que llegarán mis papás hasta donde están era necesario sacrificar tiempo con nosotros. Como sabrán, pasaba mucho tiempo primero con mi hermano y años después se integró mi hermana. Era el cabecilla para imaginar escenarios para jugar, para hacer travesuras. No he tenido muchos amigos, desde el kinder hasta la universidad tenía no muy buenas amistades. No tuve muy buenas calificaciones, en secundaria no había bimestre que reprobara materias, pero un bimestre eran unas y en otro bimestre eran otras, no sé por qué lo hacía. Fue hasta la universidad que me cambió el chip y me di cuenta de lo mucho que hacían mis papás y yo no aprovechaba, así que desde ese momento aprendí a valorar más las cosas. Ahora que soy papá veo el otro lado de la moneda y valoro todos los momentos que comparto con mi familia, desde algo muy simple hasta algo más serio.
Al ir creciendo uno comienza a ver la vida de diferente manera, comprendí en que el blanco tiene un toque de negro y viceversa. Y que es bueno confirmar pero es mucho mejor no confiar, al final hasta tu sombra te abandona cuando entras a la sombra.
En la adolescencia me fui interesando en cómo las marcas impactan al público, los grandes efectos visuales en comerciales, branding super intensos y llamativos, los acabados en publicaciones impresas, el como desarrollas algo en una pantalla y luego lo ves impreso y en algún dispositivo de un desconocido y dices: yo lo hice. Esos puntos fueron los que me llevaron a querer aprender y ser parte del diseño gráfico.
Al salir de la escuela, tuve un año sabático, en ese tiempo hice mi cartera de clientes, trabajos de branding, publicidad exterior, hasta que tuve mi primer trabajo, una agencia de TI, me llevaban a juntas con una agencia porque ellos llevaban el sitio web, me llamó la atención como el proceso desde que lo planteaban hasta que lo veía en los celulares o computadoras, me dijeron aprende para que tu lo puedas hacer, a como pude busque y aprendí lo básico, yo seguro de que se podía, hasta que tire el sitio de la empresa, fueron días de muy incertidumbre y hasta lágrimas. Se que sonara muy raro y extremo, pero era mi primer trabajo y me enfrentaba a algo muy real. Bueno se arregló y tuve ese nuevo aprendizaje.
Cambie de aldea, era una agencia de BTL, las activaciones de marca, eventos y logística me gustaban tanto!! Fue una experiencia muy buena, primero entré como diseñador y después comencé a ser coordinador de eventos.
Tiempo después ingrese a una empresa dedicada a la industria dental. Al ser el responsable del área de diseño web, había mucho que aprender, tenía requerimientos que implican programación, y cada vez subía el nivel de dificultad, Al comenzar la pandemia muchos procesos comenzaron a ser automatizados, la empresa comenzó a expandirse en otros países y cada unos solicitaba herramientas digitales, se implementó una ecommerce y era yo quien tenía que responder a este nuevo cargo. La empresa dio un paso de más de ambición y llegó el momento de implementar soluciones más tecnológicas que ya no pude resolver, materiales gráficos que mis compañeros no pudieron solucionar, fue ahí que intervino una startup, y todos nos hicimos pequeños al ver los softwares que utilizaban, fue ahí mi primer contacto con figma, me sorprendió tanto pero no sabía ni el nombre, la agencia fue tomando las actividades de cada compañero hasta que uno a uno nos dieron las gracias.
Hoy estoy trabajando en atomic32, feliz por darme la oportunidad de crecer como profesional y como persona, cada día doy gracias por lo aprendido, por lo bueno que hice, por trabajar hombro con hombro, recordar lo que tengo que mejorar y aprender.
Comments